30 septiembre 2012

¡Vivan las emociones! (de las buenas)

Con el sexo generamos oxitocina y serotonina, las hormonas de las buenas emociones

Las emociones han sido estudiadas desde hace muchos años, sin embargo, Carlos Darwin, fue uno de los pioneros de la ciencia en 1872, con su obra: La expresión de las emociones en el hombre y los animales. Y, llegó a la conclusión de que las emociones no eran buenas, ni malas sino solo una conducta adaptativa.

Posteriormente, en 1921 Wilhem Wundt, publicó “El lenguaje de los gestos” y llegó a la conclusión de que los gestos son un espejo de las emociones y el mundo interior del interlocutor.
En la actualidad debido a las técnicas de neuroimagen (tomografía por emisión de positrones y resonancia magnética) sabemos aún más de ellas. Forman parte de un todo que implica una secuencia simple y a la vez compleja: emoción, sentimiento, pensamiento y acción o conducta.

Así, las emociones son fenómenos psicofisiológicos que representan modos de adaptación a ciertos estímulos ambientales o de uno mismo (Emoción, 2011). De acuerdo a Paul Ekman (2012), son universales.

El neurocientífico Antonio Damasio, de la Universidad del Sur de California (UCLA) ha llegado a las siguientes conclusiones:

Las emociones son un conjunto complejo de respuestas químicas y neuronales que forman un patrón distintivo. Estas respuestas son producidas por el cerebro cuando detecta un estímulo emocionalmente competente, es decir, cuando el objeto o acontecimiento, real o rememorado mentalmente, desencadena una emoción y las repuestas automáticas correspondientes. 

Las respuestas provienen tanto de los mecanismos innatos del cerebro (emociones primarias) como de los repertorios conductuales aprendidos a lo largo del tiempo (emociones secundarias). Los sentimientos, en cambio, son la evaluación consciente que hacemos de la percepción de nuestro estado corporal durante una respuesta emocional. Los sentimientos son conscientes, objetos mentales como aquellos que desencadenaron la emoción (imágenes, sonidos, percepciones físicas…). Las emociones que no se perciben como sentimientos son inconscientes y, sin embargo, pueden tener efecto sobre nuestras conductas (Monge, 2009).

El punto de vista de la economía
En economía la envidia está relacionada con la toma de decisiones de las personas, pues no solamente se guían por su propio beneficio sino también por las ganancias materiales que puedan tener otros individuos de su red social.

Desde esta perspectiva, la envidia tiene un origen evolutivo, de acuerdo a Antonio Cabrales Catedrático del Departamento de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid, el concepto de envidia empleado en el estudio es el que se conoce en términos técnicos como "aversión a la desigualdad". 

Es decir, los individuos están dispuestos a gastar recursos de todo tipo (monetarios, esfuerzo, etc) con tal de reducir las diferencias de bienestar material respecto a otras personas. Se plantea la envidia como resultado de una competición por unos recursos limitados, y la llevamos codificada en los genes" (La envidia, 2010).

Las emociones positivas contra las negativas

Solemos dividir solo con propósitos pedagógicos a las emociones en positivas y negativas.

De acuerdo a Izard (1971) las emociones positivas son: el gozo, el amor, la felicidad,
 y las negativas, son; el temor, la ira y la tristeza. 

En general, las emociones positivas tienden a mejorar la sensación de bienestar y a fomentar las relaciones constructivas con los demás. Las emociones negativas tienen a disminuir la sensación de bienestar y a crear perturbaciones en las relaciones con los demás.

Las emociones positivas generan conductas de: ánimo, amor, aprecio, amistad y acercamiento en la interacción con otras personas.

Sugerencias para el cambio

Aprende a vivir y disfrutar lo que quieres y tienes.

Reconoce que los logros de los demás generalmente son producto de su esfuerzo, aunque existan personas que obtienen más fácilmente sus satisfacciones y sus metas, cada uno de nosotros es distinto y necesitas trabajar por las tuyas.

Aprende de los otros cuando nos muestran sus aspectos negativos, pues es probable que en el fondo nos sirvan de espejo y también tengamos esos rasgos.

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