Nardi, de Italia, uno de los 22 artistas que participaron del libro "Women Deliver, World Receives" |
Todo el mundo ama a los dibujos animados. La mayoría de nosotros creció viendo caricaturas de un tipo u otro. Y aun de adultos nos atraen como si fuéramos niños. Es un mundo en el que entendemos, es una lengua que hablamos antes de que podamos leer, y en muchos casos estamos conectados emocionalmente a las imágenes. Algunos de nosotros incluso nos sentimos atraídos por crear historietas en una edad temprana.
Los pocos afortunados de crecer en un país donde no hay acceso a papel y lápiz, pueden expresarse a través de este medio. Si uno tiene más suerte, crece en un país en el que tiene el aliento de los profesores para explorar la idea de ser un dibujante para ganarse la vida.
Si tienes la suerte de vivir en un país donde la libertad de expresión es un hecho, entonces podes explorar ilimitadamente las ideas en forma de dibujos animados.
Pero, por supuesto, sólo una pequeña parte del mundo tiene estas condiciones. Incluso en los países que tienen la libertad, es financieramente difícil ganarse la vida como dibujante. Por consiguiente, es evidente que la mayoría dibujantes son accionados para crear, quieren comunicar a pesar de la economía de la profesión. Es parte de la estructura de lo que son.
Pero mientras que los dibujos animados son a menudo diseñados para hacernos sonreír, no siempre nos hacen reír. De hecho, algunos dibujos animados describen hechos e ideas más gráficamente que los chistes de humor. Y algunas caricaturas tratan temas que están lejos del buen humor, y son más bien muy serios.
Los creadores de estas imágenes son artistas que expresan sus pensamientos, compartiendo con nosotros lo que piensan de un problema, una injusticia. Una caricatura puede expresar los sentimientos de la persona, puede iluminar las diferentes culturas, y mostrar cómo la gente, dentro de diferentes sociedades, reacciona frente a los problemas globales.
La historieta puede hablar de temas con gran fuerza. Visualmente, la obra de arte a veces nos habla sin palabras, entrando en nuestro subconsciente, y apelando a nuestro intelecto. Los dibujos animados nos permiten abordar temas difíciles mediante imágenes hermosas, y nos pueden atrapar con la guardia baja.
El espectador está esperando reír y tal vez pueda, pero también puede pensar. Debido a esto, podemos entender un problema de una manera nueva. Podemos ver algo que las palabras no podían mostrar.
Los dibujos de esta exposición son las mujeres. Estos artistas nos muestran lo que piensan y sienten acerca de los derechos de las mujeres, la educación de las mujeres y las niñas, el papel de las mujeres en todo el mundo. La mayoría de los países son conscientes ahora de que los derechos de las mujeres son fundamentales para la estabilidad cultural y la prosperidad económica.
Lo que va a la zaga en demasiados lugares son tradiciones culturales. Dibujos animados pueden ayudarnos a ver los tabúes culturales e injusticias ya que proceden de artistas que viven y experimentan estas tradiciones. Dibujos animados como los de esta exposición hablan un lenguaje universal. La historieta habla acerca del diálogo. A veces, puede ser abrasivo y, a veces doloroso.
En la historia reciente, los dibujos animados han causado muerte y destrucción. Algunos de los artistas de esta exposición han arriesgado su seguridad para crear lo que ellos ven como la verdad. Pero al no hiriente, las caricaturas pueden cruzar las fronteras lingüísticas y mostrarnos nuestra humanidad compartida. Y con esta humanidad compartida y la ayuda de increíble dibujantes de todo el mundo, tal vez podamos trabajar juntos para ayudar a hacer del mundo un lugar mejor.
Traducido del prólogo de Women Deliver, World Receives (Las Mujeres entregan, el mundo recibe), por Liza Donnelly
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