Gráfica 1 |
Muchas veces la publicidad juega a crear impacto.
Esto abre un gran debate: por un lado, aquellos creativos que defienden por sobre todo el mensaje de la pieza publicitaria y la permanencia de la marca en la audiencia; otros, en cambio, van por el efecto shock, a todo o nada.
Muchas agencias parecieran ir tras la segunda opción como la gente de Halls, que recientemente contrató a la agencia JWT para renovar su imagen. Por si no lo notaron, de un día al otro las calles de Buenos Aires se vieron empapeladas con la señorita Paula Chaves en ropa interior insinuando hambre por nuevas experiencias sexuales.
Si querían hacer algo transgresor, me parece que se quedaron cortos, ni para Playboy, ni para progama chimentero de la tarde, a ese afiche (Gráfica 1) le faltaba sal pimienta, nuez moscada y pimentón. Decir hoy que alguien es gay o que podría serlo, equivale a bostezar, pasa totalmente desapercibido.
Días más tarde, la campaña-incógnita terminó con el misterio.
Gráfica 2 |
Más bien, un abánico de imágenes pasaban por mi mente: el jingle del famoso secador de ropa resonaba en mis oídos: "poooooderoso y chi-qui-tínnnnn", la expresión de "esto es lo que hay" en la cara de Peter, el "hombre" con el cual se la vinculó a la modelo durante toda la emisión de Bailando por un sueño, y ahora sí ... ¡¡¡cierra todo!!!
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